Ucrania: Entre dos fuegos

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Anarquistas en la región y la creciente amenaza de la guerra

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Con la esperanza de aportar el fundamental contexto a las tensiones actuales entre Rusia, Ucrania y los Estados Unidos y otros miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), presentamos la transcripción de una excelente entrevista a un anarquista en Ucrania, seguido de otra perspectiva aportada por unx anarquista ucranianx de Lugansk que ahora está en Kiev. Estamos a la espera de otro texto de un grupo de anarquistas ucranianxs, que esperamos publicar en breve.


¿Cómo interpretar el conflicto que está desarrollándose sobre las tropas rusas actualmente desplegadas en la frontera ucraniana? ¿Es solo una performance de ambos bandos, buscando ganar fuerza para negociar y desestabilizar al contrincante?

Desafortunadamente, en el volátil contexto global del hoy, incluso los jugadores geopolíticos más experimentados podrían entrar en un enfrentamiento pensando en solo agitar el sable un poco, y terminar metidos hasta el cuello. Quizás todo lo que está ocurriendo es solo un poco de juego arriesgado, pero podría igualmente desembocar en guerra. El último mes, tropas rusas fueron desplegadas a Kazajistán y Bielorrusia , afianzando el rol de Putin como garante de dictaduras e indicando el alcance de sus ambiciones, por no mencionar el precario equilibrio de poder a lo largo de la región entera. Los Estados Unidos están ahora también desplegando tropas en Europa Oriental, disparando la tensión en su afán de alcanzar ambiciones imperiales propias. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que abrió el 2021 a la ofensiva (inglés) contra los aliados de Putin en Ucrania, ha pedido recientemente a la administración Biden que modere su catastrofismo; esto no indica que la amenaza de la guerra no sea real, sino en cambio que Zelenski todavía debe atajar la economía ucraniana… aunque la guerra penda sobre su cabeza por semanas, meses o años.

La perspectiva de una invasión rusa presenta preguntas espinosas para lxs anarquistas. ¿Cómo oponernos a la agresión militar rusa sin simplemente apoyar la agenda de los Estados Unidos y otros gobiernos? ¿Como continuamos oponiéndonos a los capitalistas y fascistas ucranianos sin ayudar al gobierno ruso a crear un relato que justifique su intervención directa o indirecta? ¿Cómo priorizar tanto las vidas como la libertad de la gente común de Ucrania y los países vecinos?

¿Y si la guerra no es el único peligro aquí? ¿Cómo evitamos reducir nuestros movimientos a ser subsidiarios de fuerzas estatistas sin devenir en irrelevantes en tiempos de creciente conflicto? ¿Cómo continuamos organizándonos contra toda forma de opresión incluso en medio de la guerra, sin adoptar las lógicas de los ejércitos estatales?


Esta no es la primera vez que sucesos en Ucrania presentan preguntas difíciles. En 2014, durante la ocupación de la Maidán1 que terminaron derrocando el gobierno de Viktor Yanukovich, nacionalistas y fascistas ganaron fuerza dentro del movimiento. Como escirbió unx testigo:

“El movimiento izquierdista y anarquista ucraniano entero se encontró entre dos fuegos. SI las protestas de Maidan ganan… ya es posible predecir la emergencia y fortalecimiento de nuevas organizaciones de ultraderecha, enfocadas en el uso de la violencia y el terror contra oponentes políticos. Si gana Yanukovich, entonces una oleada de la represión más severa golpeará indiscriminadamente a todxs quienes sean desleales a las autoridades.”

-Lviv (Leópolis), 19-21 de febrero, 2014 (ucraniano).

Esta entrevista (inglés) de aquellos días describe la situación. Es importante enfatizar que nada de esto fue inevitable: un movimiento anarquista más pujante podría haber producido resultados diferentes en Kiev, como lo hizo en Járkov (ucraniano).

En el momento, describimos (inglés) el ascenso de grupos fascistas en las protestas de Maidán como “un contraatque reaccionario dentro del espacio de los movimientos sociales”.

Esto podría ser una señal de que vienen cosas peores: podemos imaginar un futuro de fascismos rivales, en el que la posibilidad de una lucha por verdadera liberación se torne completamente invisible.

Hoy, llevamos ya ocho años de ese futuro. Las tragedias en Ucrania -de 2014, pasando por la guerra civil con respaldo ruso en las regiones de Donetsk y Lugansk, hasta el día de hoy- muestran las consecuencias catastróficas de la debilidad de los movimientos antiautoritarios en Rusia, Ucrania y los Estados Unidos.

En este contexto, vemos a actores estatales a ambos lados del conflicto movilizar la retórica del antifascismo y el antiimperialismo para reclutar voluntarixs y deslegitimar a sus adversarios. Fascistas y antifascistas autoproclamados han luchado por igual a ambos lados (ruso) del conflicto Rusia/Ucrania desde hace ya varios años, al igual que partidarios de ambos lados han descrito al otro como imperialista. A medida que nos adentramos en el siglo XXI, habrá con seguridad más y más conflictos armados que buscarán reclutar anarquistas y otros antifascistas y antiimperialistas. No deberíamos ni hacernos irrelevantes por quedarnos al margen de toda confrontación, ni dejar que el sentido de urgencia nos empuje hacia costosas malas decisiones. Igualmente, si nos excusamos de tomar posición alguna sobre la base de que la situación es engorrosa y hay gente menos que buena en ambos bandos, entonces compartiremos la responsabilidad por las masacres que sigan.

Antes de presentar las perspectivas de Ucrania, reseñaremos algunas de las otras propuestas respecto a cómo lxs anarquistas pueden involucrarse.

Un tiempo más simple: anarquistas en Kiev el Primero de Mayo, 2013.


En su texto, “¿Por qué es necesario apoyar a Ucrania?” (ruso), Antti Rautiainen, un anarquista finlandés que pasó años en Rusia, sostiene que la mayor prioridad es oponerse a una guerra de conquista rusa.

Los resultados de los primeros 30 años de “democracia” en Ucrania son, por decir algo, poco convincentes. La economía y los medios están en manos de oligarcas rivales, la corrupción alcanza niveles impactantes, el desarrollo va a la zaga del de muchos países de África, y además, el país se ha convertido en el centro del movimiento neonazi alrededor del mundo. Y estos problemas son básicamente autóctonos, no el resultado de los ardides del Kremlin.

Pero la alternativa es aún peor.

El gobierno de Putin representa a la KGB sin socialismo. Como hemos documentado (inglés), los esbirros de Putin usan rutinariamente la tortura y la invención de conspiraciones junto a la tradicional violencia policial para reprimir toda disidencia. De acuerdo a Antti, “Putin no es el gendarme de Europa, sino el gendarme del mundo entero”: de Siria a Myanmar, donde quiera que un dictador torture y mate a miles entre su propia gente, Putin está ahí para apoyarlo.

Antti sostiene, en contraste con el anarquista entrevistadx más abajo, que en caso de una invasión rusa, lxs anarquistas deben apoyar al ejército ucraniano, y, en caso de una ocupación rusa, deben estar preparadxs para cooperar directamente con una organización de resistencia estatista, de existir alguna poderosa.

Esto plantea un número de preguntas difíciles. ¿Están lxs anarquistas en posición de ofrecer apoyo significativo a una milicia estatal? Si lo están, ¿deberían? ¿Cómo pueden apoyar al ejército ucraniano sin por tanto habilitarlo a ser más peligroso para los movimientos sociales y las minorías dentro de Ucrania, por no mencionar legitimando al fascista regimiento Azov? ¿Uno de los principios de la guerra tripartita es que no debes fortalecer a un adversario para derrotar a otro. Esto queda ilustrado en las desventuras de lxs anarquistas en Ucrania un siglo atrás, que priorizaron derrotar al reaccionario Ejército Blanco solo para ser traicionadxs y asesinadxs por el Ejército Rojo de Trotsky.

De igual forma, si lxs anarquistas van a trabajar junto a grupos estatistas - como ya ha ocurrido en Rojava y otros sitios- se vuelve aún más importante articular una crítica del poder estatal y desarrollar un marco conceptual elaborado a través del cual evaluar los resultados de tales experimentos.

La mejor alternativa al militarismo sería construir un movimiento internacional que pueda incapacitar a las fuerzas militares de todas las naciones. Hemos visto comprensibles expresiones de cinismo (inglés) de radicales ucranianxs respecto a la probabilidad de que lxs rusxs promedio vayan a hacer nada para frenar el esfuerzo bélico de Putin. Esto trae a la mente la revuelta de 2019 en Hong Kong, que algunxs participantes también interpretaron en términos étnicos. De hecho, la única cosa que podría preservar a Hong Kong de la dominación del gobierno chino sería poderosos movimientos revolucionarios dentro de la misma China.

Teniendo en cuenta que Rusia fue capaz de apuntalar su agenda dentro de la región del Donbás en Ucrania en parte debido a tensiones entre las identidades ucraniana y rusa, el sentimiento anti-ruso solo favorecerá a Putin. Cualquier cosa que polarice en contra del pueblo, el idioma o la cultura rusa facilitará los esfuerzos del estado ruso para crear una pequeña república separatista. Igualmente, mirando a la historia del nacionalismo, podemos ver que cualquier resistencia a la agresión militar rusa que profundice el poder del nacionalismo ucraniano, solo allanará el camino para un futuro derramamiento de sangre.

Una pequeña protesta en Kiev contra la invasión turca de Afrín (Siria) en 2018. Como sostuvimos (inglés), lxs anarquistas pueden oponerse a invasiones militares sin ensalzar otras agendas estatales.

Respecto a la perspectiva de una guerra, anarquistas de Bielorrusia han articulado algunos de sus principales perjuicios:

“Lxs anarquistas nunca abrazamos las guerras porque distraen a la población de los verdaderos problemas que nos rodean de forma constante. En lugar de apuntar a la libertad, la población, comienza a discutir los éxitos del avance en el frente. El lugar para la solidaridad internacional lo toma el nacionalismo, que ha convertido a hermanos, hermanas y camaradas en enemigos mortales. No hay nada progresista sobre la guerra. La guerra es el triunfo de una misantrópica ideología de poder. Hoy, como siempre, la guerra es el negocio de los gobernantes, pero es la gente común la que en ella muere. En un trance patriótico, o simplemente por dinero.

-“Si tan solo no hubiera guerra” (inglés)

Y sin embargo, el movimiento anarquista global no está en posición para ofrecer a la gente de Ucrania una sólida alternativa a la guerra. Igual que el alzamiento en Kazajistán fue finalmente aplastado por fuerza bruta, casi todos los levantamientos alrededor del mundo desde 2019 han fracasado en derrocar a los gobiernos que desafiaron. Estamos en un tiempo de represión global entrelazada, y aún no resolvemos los problemas fundamentales que esto presenta. La sangrienta guerra civil que se prolongó en Siria -en parte como consecuencia del apoyo de Putin a Assad- ofrece un ejemplo de cómo podrían verse muchas partes del mundo si las revoluciones continúan fracasando y las guerras civiles emergen en su lugar. No podremos predecir las guerras venideras, pero aún nos corresponde descubrir cómo continuar en pos del cambio revolucionario en medio de ellas.

Vale la pena señalar (al pasar) que al menos un anarquista ucraniano, editor de la revista Asamblea en Jártov, no parece especialmente preocupado por una invasión rusa a Ucrania (inglés), considerándola una exagerada fabricación de los medios occidentales. Esperemos que esta persona tenga razón… aunque debemos señalar que los medios rusos y bielorrusos también han publicado historias dramáticas acerca de un conflicto avecinándose sobre Ucrania.

Finalmente, queremos dirigir su atención a este comunicado (inglés) de una acción en Suecia, expresando solidaridad con Kazajistán al apuntar a un trailer propiedad de la corporación Shell, para llamar la atención a la complicidad de las petroleras occidentales en la masacre en Kazajistán y otros lugares amenazados por Rusia. Aunque las acciones clandestinas no son sustituto para movimientos poderosos, la acción es admirablemente exitosa en en mostrar las formas en las que la autocracia rusa está entrelazada con los capitalistas occidentales:

Las bayonetas rusas defendieron el trono del vasallo de Putin, Tokáev. Pero no solo él. Solo miren la producción petrolera, una de las principales ramas de la economía kazaja. Las compañías occidentales tienen un enorme rol en el sector petrolero del país. Si lxs rebeldes ganan, la propiedad de estas corporaciones podría ser expropiada por el pueblo. La intervención rusa y represión del levantamiento de lio una sangrienta “estabilidad”no solo al régimen oligárquico, sino a los capitalistas occidentales que fagocitan los recursos naturales de Kazajistán.

Una de las empresas occidentales activas en Kazajistán es la British-Dutch Shell. De los pozos de Karachaganak, uno de los tres sitios más grandes del país, es dueña de un 30%. Y estos no son los únicos activos de la empresa en Kazajistán. No sorprende en absoluto que el régimen ruso envíe tropas para proteger la riqueza de los dueños de Shell. Shell ha invertido en la construcción del gasoducto Nord Stream 2 y ha cabildeado por los intereses del régimen ruso en la política europea. (…)

La teoría y práctica que unen la resistencia a las dictaduras, el capitalismo, las guerras imperialistas y la destrucción de la naturaleza, es el anarquismo. El logro de la verdadera libertad de toda forma de opresión tendrá lugar bajo la bandera negra de la anarquía.

Ahora el estado ruso podrá desatar otra guerra imperialista. Queremos apelar a lxs soldadxs rusxs: están siendo enviadxs a matar y morir por los intereses de gobernantes codiciosos y crueles y de los ricos. Si se declara una guerra, deserten con sus armas, desarmen a los oficiales, únanse al movimiento revolucionario.


Entrevista: “Anarquistas y la guerra en Ucrania”

Esta entrevista fue hecha por unx anarquista bielorrusx actualmente viviendo en el extranjero, con un activista anarquista involucrado en diferentes luchas en Ucrania. La versión en audio (en inglés) puede encontrarse en Elefante en la Habitación.

Ya y por varias semanas, las fuerzas rusas se han estado concentrando en la frontera ucraniana, con posibilidad de invasión. Nos pusimos en contacto con un compañero que puede explicarnos un poquito más qué está pasando allá y qué esperar.

Hoy, tenemos a un compañero y amigo, Ilya, un activista anarquista que está actualmente quedándose en Ucrania. Hola Ilya.

Hola, hola.

Muchas gracias en verdad por acceder a esta entrevista. Hoy, estaremos hablando mucho de diferentes cosas. Creo que para mucha gente lo que está pasando en Ucrania es verdaderamente confuso, y hay muchos malentendidos y mucha propaganda saliendo de ambos bandos, creo yo. Pero antes de que saltemos a la historia de la presente posibilidad de una invasión, me gustaría hablar de la posición de Ucrania en tiempos post-soviéticos. ¿Dónde estaba, políticamente, luego del colapso de la Unión Soviética, y por qué era tan importante para las élites rusas mantener influencia y ejercer control sobre los procesos políticos en Ucrania?

Primero que nada, muchas gracias por recibirme aquí.

Respecto a la posición de Ucrania luego de que colapsara la Unión Soviética, diría que fue bastante turbulenta. Pasó por muchas fases diferentes. Bajo el presidente [Leonid] Kuchma y durante la mayor parte de los 90, era un estado difuso de diferentes grupos oligárquicos compitiendo por diferentes esferas de poder. (Hasta cierto punto, es así hasta hoy.) Pero también, es importante señalar que en este período, en los 90, la política del estado ruso era muy diferente de lo que es hoy. Bajo la presidencia de Yeltsin, no era una política particularmente imperialista, al menos hasta donde puedo estimar. Por supuesto, había interacciones muy cercanas entre los dos gobiernos, autoridades tanto empresariales como estatales, entre Rusia y Ucrania [sic]. Pero no era como que se esperara que Ucrania se subordinara a Rusia, incluso aunque muchos de los lazos económicos y dependencias ya existieran entre Rusia y Ucrania dentro de la Unión Soviética, lazos que continuaron existiendo luego de su colapso.

La situación cambió cuando Kuchma dejó la presidencia y surgió una competencia entre los presidentes [Viktor] Yanukovich y [Viktor] Yushchenko. Viktor Yushchenko representaba esta perspectiva más orientada hacia Occidente y lo nacional. Este conflicto llegó a su punto máximo con las primeras protestas de Maidán en 2004, diría yo. Ganó Yushchenko, y por esto, esta tendencia más occidental de la política y esta tendencia a distanciarse de Rusia fueron la corriente política que prevaleció por un tiempo en Ucrania. En 2008, cuando se dio la guerra en Georgia (por Osetia del sur), Ucrania definitivamente tomó partido -solo política y no militarmente- más con el lado georgiano de aquel conflicto.

Pero es importante entender que dentro de Ucrania hay muchos grupos culturales diferentes, grupos de negocios e intereses políticos, y grupos de diferentes tendencias ideológicas. No todos son iguales entre sí. Es un mosaico muy complejo y con varias capas, lo que crea mucha confusión y muchas diferentes corrientes políticas y desarrollos. Estos no son tan fáciles de seguir y entender a veces, incluso desde dentro de Ucrania.

Así que incluso aunque Yushchenko ganó por un tiempo, existió un conflicto entre -por ejemplo- sectores de la población más orientados hacia Occidente y contra Rusia, de un lado, y del otro, grupos más prorrusos, o, debería decir, grupos con una mentalidad post-soviética o soviética. Y este conflicto también estaba teniendo lugar entre grupos políticos que alentaban una tendencia más occidental y aquellos, como algunos clanes oligárquicos y de la mafia, que estaban más abiertos a interactuar con Rusia y las autoridades rusas. Es importante entender que en Ucrania, hay mucha corrupción; mucha política turbia se da detrás de puertas cerradas todo el tiempo. Mucho más que en Europa, por ejemplo -aunque todxs sabemos que en Europa estos también existen- las declaraciones oficiales de las autoridades locales no necesariamente coinciden con sus verdaderas actividades.

Así que tras la presidencia de Yushchenko, Yanukovich volvió a postularse para la presidencia y finalmente ganó las elecciones [en 2010]. Tras esto, la situación se volvió muy poco clara, porque el tuvo un acercamiento muy astuto, diría yo: constantemente pretendiendo negociar con tanto Occidente como con autoridades rusas. Debido a esto, creó mucha confusión entre la población. Luego de primer hacer algunos acuerdos con la Unión Europea, trató inesperadamente de cancelarlos y moverse más oficialmente a la esfera de influencia rusa. Esto creó mucho desacuerdo y descontento, que vio nacer a las [segundas] protestas de Maidán, que empezaron a finales del otoño2 de 2013.

Ejercicios militares rusos.

Hablando de las protestas de Maidán: ¿podrías resumir un poco qué ocurrió allá (pero en una versión bien corta, porque es una historia realmente larga), con los puntos claves que pueden resultar interesantes sobre quiénes participaron, qué las provocó, y cuáles fueron lxs resultados de la Maidán?

Sí, claro. Por supuesto, es realmente muy difícil describirlo brevemente, pero haré lo mejor que pueda. Al principio, comenzó principalmente con protestas estudiantiles. Estas aparecieron luego de los [ya mencionados] avances políticos de Yanukovich, que eran muy impopulares entre la población, y especialmente entre la juventud. Mucha gente estaba muy a favor de volverse más cercanxs a la Unión Europea, de tener la posibilidad de ir al a UE sin visas y otras formas de colaboración. Así que cuando Yanukovich retrocedió de la línea que había declarado previamente, fue el disparador para las grandes protestas que involucraron a la juventud, especialmente la juventud estudiante, en noviembre de 2013.

Pero no era solo la juventud la que estaba descontenta con la política de Yanukovich. Así que, luego de que lxs jóvenes fueran brutalmente golpeadxs por la policía antidisturbios, esto generó una represalia intensa de sectores más amplios de la población ucraniana. Partiendo de ese punto, las protestas se volvieron complejas, de varias capas y policlasistas, que atrajeron a diferentes estratos de la sociedad. Mucha gente de diferentes regiones de Ucrania llenó las calles de Kiev y también de muchas otras ciudades en partes tanto orientales como occidentales del país. La gente vino a las calles y también, luego de un tiempo, empezó a ocupar edificios administrativos. Las protestas más intensas tuvieron lugar en Kiev y también en varias ciudades del oeste, que suelen creerse más pro-occidentales, más distantes de Rusia, más hablantes de ucraniano, y así.

El conflicto atravesó diferentes etapas de confrontaciones cada vez peores, seguidas de una pacificación temporal. Pero luego, en febrero [de 2014] alcanzó su cenit. El conflicto final comenzó mientras lxs manifestantes trataban de ocupar el edificio parlamentario en Kiev, y tambíen de llegar a la oficina presidencial, reclamando la inmediata renuncia del presidente Yanukovich debido a su represión, corrupción, y política pro-rusa. La represalia de la policía antidisturbios y las fuerzas especiales fue súper dura; alrededor de cien personas murieron. Luego vino una etapa de confrontación abierta, incluso podríamos decir de enfrentamiento armado, entre el bando de lxs manifestantes y el bando del gobierno. Este fue el momento en el que algunas cosas más turbias comenzaron a darse. Yanukovich simplemente desapareció tras varios días a mediados de febrero y luego apareció en Rusia.

Cuando huyó, ese fue el momento del colapso del régimen más prorruso en Ucrania. Este fue el punto en el que la situación actual comenzó a desarrollarse.

Claro. Y Se olvidó su baguette dorada3 al huir, ¿no?

Sí, sí, exactamente, ¡y muchas otras cosas! [Risas]

Mucha gente en Occidente, influida por la propaganda rusa y la campaña de desinformación, comenzó a creer que lo que pasó en Ucrania en 2014 fue un golpe de estado fascista apoyado por la OTAN. Algunxs periodistas -progres, pero además de progres, también había anarquistas e izquierdistas que reprodujeron este relato- sostuvieron que era un golpe de la OTAN y que un gobierno fascista se estableció posteriormente.

¿Podrías evaluar ese relato? ¿Fue así, o había algo más ocurriendo a ese punto?

Sí, creo que puedo hablar con confianza, porque participé en los sucesos yo mismo. Estuve en Kiev por nueve días en la etapa muy caliente del conflicto, en febrero. Así que lo que vi personalmente fue el realmente popular movimiento en el que cientas de miles de personas [participaron]. Cuando lo discutí luego con algunxs compañerxs occidentales, escuché estas especulciones sobre lo que la OTAN hizo detrás de escenas y un golpe nazi y cosas así. Otra gente respondió que, bueno, si había cientas de miles de personas en la calle, no podía ser solo un golpe orquestado o algo así.

La ultraderecha participó en esto, por supuesto. Participaron activamente, lograron desarrollos políticos efectivos, y fueron muy agresivos, muy dominantes, y hasta cierto punto exitosos. Pero todavía eran una minoría en estas protestas, por supuesto. Y aunque su influencia ideológica existió de verdad, es cierto no eran los que estaban legislando las protestas, o los que verdaderamente escogieron las demandas y el rostro ideológico de los sucesos.

Yo vi mucha autoorganización popular muy espontánea. Vi mucho descontento popular muy sincero y enojo contra el establishment estatal, quienes realmente hicieron a este país pobre y humillado. Así que al mayor grado, fue absolutamente una auténtica insurrección popular. Incluso aunque, por supuesto, todas las fuerzas políticas que pudieron beneficiarse de ello trató de influenciarla todo lo que pudo. Y fueron, en parte, exitosas.

Pero yo tomo esto mayormente como pregunta a nosotrxs -libertarixs, anarquistas, la izquierda radical si quieres- de por qué no estábamos lo suficientemente organizadxs para competir eficazmente con los fascistas. Y esto no es una pregunta para el movimiento Maidán o la gente de Ucrania, sino para nosotrxs. Y una vez más, para resumir, Maidán fue en primer lugar un alzamiento popular.

El batallón Azov.

Luego de Maidán, lo que sucedió fue que Putin estaba desilusionado, hubo mucha especulación política y luchas políticas, y eventualmente la ocupación o adquisición [rusa] de Crimea, y luego el movimiento [hacia la guerra separatista con apoyo ruso] en Donbass. ¿Podrías resumirnos un poco de lo que en realidad pasó entre 2014-2015 y ahora? ¿Cuánto conflicto se estaba gestando allá, o las cosas que están ocurriendo ahí solo aparecieron de la nada?

Cuando el régimen ucraniano de Yanukovich comenzó a colapsar, fue el momento de la verdad, el punto en el que toda la estabilidad y todas las certezas de alguna forma se quebraron. Luego, las autoridades rusas comenzaron a reaccionar muy duramente… y también de forma impulsiva. Quisieron tomar contramedidas contra el movimiento Maidán, que tuvo la tendencia de mover a Ucrania más lejos de la influencia del estado ruso. Luego de esto, ocuparon la península de Crimea. También tomaron posición en la población local en gran medida, porque la población local allí no es muy… por supuesto, no podemos generalizar, pero mucha gente allí no se identifica con Ucrania, no se asocia a sí misma con Ucrania. Esta fue la base que dio a Rusia la oportunidad para tomarla de Ucrania exitosamente.

Ellos [las autoridades rusas] también influenciaron los sucesos en Donbass en gran medida, porque las nuevas autoridades ucranianas, el gobierno provisional, ha hecho algunos movimientos muy estúpidos contra el idioma ruso. Esto le dio a los propagandistas rusos la oportunidad de representar las protestas de Maidán como “antirrusas”, en el sentido nacional de estas palabras. Esto, en gran medida, no era cierto, pero para la gente de Donbass -que casi toda habla ruso y es psicológicamente cercana a Rusia, hasta donde puedo estimar, aunque mucha gente diferente vive allí- creó la oportunidad para que las autoridades rusas extendieran [su influencia] allí, enviaran fuerzas4 y apoyaran a grupos secesionistas locales para que lucharan eficazmente, o al menos sobrevivan contra el ejército ucraniano, que ha tratado de asegurar la integridad del estado ucraniano. En este punto, algunos dramáticos sucesos militares ocurrieron en Donbass, donde una porción de la población declaró que ya no quería ser parte de Ucrania. Pero sin el apoyo del estado ruso, no hubiera sido posible para ese movimiento crecer al punto al que lo hizo. Y tenemos que recordar que millones de refugiados de Donbass salieron entonces tanto a Rusia como a Ucrania.

Mucha gente de Donbass aún se siente cercana a Ucrania. Pero esta no es una pregunta que pueda realmente ser resuelta desde esta lógica estatal de dos estados nacionales, o más bien el estado imperialista ruso y el estado-nación ucraniano. Es una pregunta que realmente requiere una solución confederal. Pero como siempre, los estados a ambos lados han usado este conflicto para su propio beneficio, y este es el punto en el que empezó a aumentar la opinión nacionalista, tanto en Rusia como en Ucrania, diría yo.

Entrenamiento conjunto involucrando a fuerzas estadoundenses y letonas.

Cierto. Estuvieron esos acuerdos de Minsk [en 2015] que fueron una especie de salida pactada entre Putin, Merkel, y prácticamente el Este/Oeste. Pero solo para dar una semblanza de Donbass: ¿estaba ocurriendo algo allí los últimos años, o es cierto que ninguna acción militar estaba ocurriendo y que no había violencia de ningún tipo?

Por supuesto, es importante saber que hasta hoy, esos acuerdos de Minsk nunca fueron realmente implementados. E incluso aunque la fase activa del conflicto -durante el cual el frente subió y bajó y movimientos significativos de tropas tuvieron lugar- ya haya acabado, esta sigue siendo una zona de conflicto constante, de constantes reyertas menores, con muertes cada semana definitivamente y a veces hasta diariamente. El fuego de artillería sigue dándose mucho de ambos bandos. Esta es una herida que nunca cerró. Esto es algo que sigue pasando constantemente, incluso aunque sea a baja intensidad.

Así que con esos sucesos ocurriendo, ¿cuál fue de verdad la reacción del movimiento anarquista local, o del movimiento antifascista? Como recuerdo, la parte “antifascista”del movimiento antifascista se unió a la lucha contra lxs rusxs y fue a la guerra en Donbass… pero, ¿qué pasó con lxs anarquistas y el resto de antifascistas que no estaban participando en la guerra?

En este punto, tengo que decir primero que en los períodos que estamos discutiendo, yo aún no vivía en Ucrania, en 2015, 2016, 2017, y así. Pero incluso hoy, puedo hacer una cierta evaluación y por supuesto tenía mis dedos en el pulso de este movimiento incluso desde antes.

Sí, parte del movimiento anarquista de verdad tiene este sentimiento “patriótico”, o, si se quiere, este sentimiento “antiimperialista” y tomaron esta posición defensiva: esto es, que algunxs se unieron a los cuerpos de voluntarios y al ejército, el ejército regular, motivadxs por la necesidad de confrontar el mayor mal del estado imperialista de Putin. Alguna gente tomó una posición tal vez más moderada y más internacionalista, tratando de enfatizar que ambos bandos no son buenos en modo alguno, que ambos bandos representan políticas opresivas y malas… tanto el bando del estado ruso como el bando del estado ucraniano.

Pero en el momento, creo que la mayoría absoluta de la comunidad anarquista local es súper hostil a cualquier invasión rusa, y no cree toda la especulación del bando de Putin de que esto es de alguna forma una acción antifascista enfrentando a la política ultraderechista ucraniana y así. Ni chance. Esto es solo una jugada imperialista. Eso está claro para todxs lxs compañerxs locales.

Este año comenzó como una enorme mierda. Los rusos invadieron Kazajistán con sus socios y ayudaron a estabilizar el régimen de Tokáev. Ahora está la posibilidad de una guerra en Ucrania. ¿Podrías ofrecernos tu opinión sobre por qué Putin desplegó estas jugadas tan agresivas de forma tan abrupta? Han pasado varios meses, creo, desde que comenzaron a mover el ejército a la frontera ucraniana, y la crisis kazaja, y así. ¿Cuál es tu opinión respecto a las razones por las que esto ocurre?

Hablando de forma muy general y panorámica, el régimen de Putin está en una situación desesperada. Por un lado, todavía es muy poderoso, teniendo muchos recursos y mucho control sobre su propio territorio. Pero al mismo tiempo, su poder se les escapa como arena entre los dedos. En diferentes sitios, hay claras grietas en el sistema de estados fronterizos diseñado por Putin, que deberían ser satélites de su régimen, como Kazajistán, Bielorrusia, Kirguistán, y Armenia. Muy amplias corrientes sociales, levantamientos sociales y protestas de gran calibre, están teniendo lugar en cada país que acabo de mencionar. Geopolíticamente, hay una seria amenaza de que su control sobre estos territorios vecinos disminuirá.

También, internamente, la situación económica en Rusia comenzó a degradarse desde 2014, en realidad desde estos sucesos de Maidán, la toma de Crimea, y las grandes sanciones de los poderes occidentales contra Rusia. Esto desencadenó una constante reducción de la economía, y ahora mucha de la popularidad que Putin ganó con la adquisición de Crimea ya se ha borrado. Además, esto fue agudizado bajo la pandemia de COVID-19, que no contribuyó en nada a su popularidad entre la población. Ahora, en gran medida, no es siquiera un líder tan popular incluso dentro de Rusia.

Así que esta es la situación, si eres Putin: todavía eres muy poderoso, pero al mismo tiempo, ves situaciones desarrollándose que no son a tu favor. Creo que todas estas agresiones son intentos desesperados de prevenir que su poder se le escape, para de alguna forma todavía preservar su dominio autoritario.

Creo que todas las estupideces que Putin ha estado haciendo en todos estos otros países han sido normalmente un esfuerzo para desviar la atención de los problemas internos, como estabas mencionando. ¿Qué tan popular es el actual conflicto con Ucrania en la sociedad rusa, realmente? ¿Es una euforia patriótica, algo así como “Sí, carajo, vamos a tomarlo”? ¿O hay alguna resistencia, o nadie lo apoya? ¿Qué se está gestando dentro de esa gran comunidad rusa?

Para mí, esto es algo difícil de estimar correctamente, porque no he estado en Rusia por casi tres años. Pero al mismo tiempo, puedo decir que la gente con la que me he mantenido en contacto, está súper pesimista con esta perspectiva de guerra. Por supuesto, la gente con la que estoy en contacto representa un marco ideológico específico. La gente normal, hasta donde puedo estimar y hasta donde puedo ver en los ejemplos de la gente ordinaria que me es familiar… diría que todavía no son muy optimistas sobre la perspectiva de una gran guerra con nadie, porque entienden que terminará en muertes, e incluso una peor recesión económica. Incluso la propaganda televisiva, que se está volviendo más y más terrible en Rusia año tras año… es una suerte de constante marea de mierda yendo directo a los cerebros de la gente… incluso esto no es capaz de realmente poner a la gente a favor de la guerra.

Así que no, no hay euforia patriótica alguna en Rusia, hasta donde puedo ver. Este es en realidad un tiempo algo depresivo luego de tantas olas de la pandemia, luego de todas estas batallas sobre códigos QR y vacunación5, y también algunos avances poco populares de las autoridades, como el obvio fraude electoral del que fuimos testigos este otoño en Rusia: todos ellos han sido una muy mala base para que la gente se volviera histérica[mente a favor de la guerra].

Por supuesto, si se empieza una guerra, asumo que inicialmente podría provocar un aumento en el patriotismo, como casi siempre pasa. Pero creo que no será estable o realmente significativo. Y si Rusia enfrenta cualquier resistencia firme, cualquier problema grande en Ucrania, creo que todo este patriotismo pro-Estado se desvanecerá muy pronto y se convertirá en su opuesto.

Por otra parte, ahora mismo, el gobierno ucraniano también está tratando de usar la situación: por ejemplo, acelerar las cosas con los aliados occidentales, conseguir armas, y demás. Pero, ¿podrías resumir la reacción dentro de la sociedad ucraniana ante las acciones del gobierno ucraniano? ¿Qué están tratando de hacer además de todos estos esfuerzos por movilizarse?

En realidad, la situación no está demasiado clara para mí ahora mismo. Desde 2004, como mencioné, antes de este conflicto en el este de Ucrania, [la guerra benefició] tanto al régimen de Putin como a las autoridades locales, porque cuando tienes esta histeria patriótica nacionalista defensiva, es mucho más fácil defenderte de cualquier interpelación desde abajo, desde las bases sociales. Preguntas como: ¿qué está pasando en nuestro país? ¿Por qué es tan pobre? ¿Por qué está tan hundido en mierda? Había una respuesta clara, rápida para estas preguntas: todo es por culpa del enemigo externo.

Esta fue la herramienta usada mucho por las autoridades locales, esta actitud de “vamos a tomar medidas sobre todos los problemas internos luego de que la amenaza externa se resuelva”. Esta línea no es realmente demasiado popular en Ucrania, pero existe, y se expresa vocalmente en algunas partes de la sociedad.

Es evidente que el gobierno de Zelenski está luchando en varias maneras con sus enemigos políticos: tanto el expresidente Poroshenko, que ahora enfrenta cargos criminales, y también fuerzas más prorrusas como Medvedchuk, que también enfrenta cargos criminales y su partido es reprimido. De alguna forma, la ultraderecha también se vio reprimida, desde que su querido mecenas, el ministerio del interior Avakov, renunciara meses atrás. Luego de esto, alguna gente del movimiento Azov -de su cuerpo nacional, que es el mayor partido de ultraderecha en Ucrania en el momento- fueron puestos bajo arresto también.

Así que el estado ucraniano se ha consolidado, de alguna manera. Al menos esto es visible. Respecto a cuánto ello afecta a la política interna en torno a esta amenaza, eso no me queda demasiado claro a la fecha. Pero podemos ver algunas tendencias realmente alarmantes amenazando con concentrar el poder ejecutivo en manos del presidente y su equipo.

Hablando de la política del actual gobierno, ¿cómo la describirías? Recuerdo a Zelenski como un populista: diciendo, por ejemplo, sí, enfrentaremos la corrupción, haremos a todo el mundo feliz, y etcétera. ¿Cuál es su política ahora mismo? También hay un relato que escucho en el hemisferio occidental de que la guerra no importa demasiado porque básicamente se estaría reemplazando un régimen fascista con otro régimen fascista. ¿Qué tanto difieren las políticas y las “libertades liberales” en Ucrania de Rusia ahora mismo?

Primero que nada, el régimen de Zelenski definitivamente no es fascista, al menos no ahora mismo… al menos porque todavía no tiene ese nivel de control. Esto es porque en Ucrania, el poder del Estado no está tan consolidado como lo está en Rusia o Bielorrusia. Pero este régimen no es en forma alguna “bueno”, por supuesto. Aún son mentirosos corruptos que hacen básicamente más mierdas neoliberales. Este es el objetivo de la mayoría de sus políticas, diría yo. Pero igualmente, este país es mucho menos autoritario en su estructura social, al menos, aunque es una super mierda en su estructura económica. Esta es la razón por la que la tantos disidentes políticxs de Bielorrusia, Rusia y también Kazajistán, por ejemplo, están asilándose aquí. Porque aquí, no hay una línea estatal tan unificada, no hay tanta oportunidad o posibilidad para el estado de controlar y definir a la totalidad del ecosistema social. Aunque, como dije antes, el Estado está tratando de hacerlo más ahora.

Así que la toma de Ucrania por las autoridades rusas o un gobierno claramente prorruso va a ser una catástrofe, porque un área algo más libre -o, diría, más bien un “área gris”, como lo es Ucrania- pasará a estar bajo control de la violenta y autoritaria dictadura de Putin. Para ser clarxs, el estado ucraniano todavía es un régimen populista muy de mierda que no ha dado ningún paso político positivo, hasta donde sé, desde que Zelenski llegó al poder. El único paso concreto que recuerdo ahora mismo fue esta ley sobre tierras agrícolas, que ahora pueden ser libremente compradas y vendidas en el mercado, mientras que antes había algunos obstáculos. Creemos que esta legislación pronto resultará en la concentración de tierras agrícolas en manos de varias grandes corporaciones agrícolas. Así que todas las políticas neoliberales como estas se están poniendo en marcha.

Pero igualmente, vemos mucha pobreza, tanto en Ucrania como en Rusia. Por supuesto, Ucrania es un país más pobre porque no tiene tanto petróleo o gas natural. Pero si Rusia ocupara Ucrania, ¿realmente creemos que la clase trabajadora local y la gente pobre ganaría algún beneficio económico del nuevo régimen de ocupación? Por supuesto que no. Para construir este gran puente de la Rusia continental a Crimea, se necesitó detener la construcción de varios puentes en Siberia y otras partes de Rusia. Así que no tienen recursos que compartir con lxs locales de aquí, incluso si quisieran sobornarlxs de alguna manera. Y en la esfera de la política y la sociedad, por supuesto, no podemos esperar más del régimen de Putin. En términos de dictadura, respecto al control estatal y la opresión estatal, el régimen de Putin es actualmente mucho más peligroso que el régimen local. El régimen local no es “mejor”, es solo menos poderoso.

Muchas de las cosas que están pasando en Rusia, las cosas que Putin ha permitido él mismo en los últimos quince años más o menos, se dieron con algún tipo de OK tácito de la comunidad internacional. O [solo resultan en declaraciones vacías del tipo de] “condenamos la violación de derechos humanos”, bla bla bla. Como la situación en Kazajistán, por ejemplo: la más reciente, no causó en verdad ninguna reacción política o social de los demás jugadores en la arena política. Para mí, es interesante preguntarse cuál será la reacción de la comunidad internacional ante la posibilidad de la invasión de Ucrania? ¿Será: “OK, vamos a ir al a guerra y vamos a hacer mierda a Rusia”? ¿O será más como: “nos “preocuparemos” si Rusia toma Ucrania”, bla bla bla”?

Bueno, no estoy seguro si mi panorámica es de verdad correcta desde aquí, pero por supuesto, cada día en las noticias vemos y oímos que, por ejemplo, el presidente estadounidense y el gobierno estadounidense están amenazando a Rusia con enormes sanciones económicas en caso de agresión militar. Y además, aprendimos recientemente que algo de apoyo militar ha llegado a Ucrania también; no personal militar, pero algunas armas. Así que creo que hay alguna reacción de la llamada “comunidad internacional”.

Pero desde aquí, siempre parece que Occidente está constantemente prometiendo pero nunca tomando realmente los pasos cruciales que podrían de verdad prevenir la agresión de Putin. Así que la gente de Ucrania, creo que incluso quienes tenían alguna simpatía con los países occidentales, se sienten más y más abandonadxs por los poderes en los que alguna vez creyeron.

Hablando de lxs anarquistas en Ucrania: sé que el movimiento anarquista en Ucrania no es el más fuerte en la región, y ha sufrido de los recientes conflictos en el Donbass y así. ¿Cuál es la actual reacción a la posibilidad de la invasión rusa? ¿De qué están hablando lxs anarquistas? ¿Qué están pensando lxs anarquistas, o movilizándose para hacer en caso de que las fuerzas rusas avancen?

Bueno, diría que hay dos modos diferentes dentro de la comunidad anarquista aquí. Por supuesto, lo discutimos mucho, casi todos los días, y en cada reunión, y alguna gente está verdaderamente interesada en participar de la resistencia. Algunxs en términos militares, y otrxs también en términos de voluntariado pacífico, algo de voluntariado logístico, y etcétera. Por supuesto, alguna otra gente está pensando más bien en escapar y refugiarse en algún lado. Yo me aproximo más (y esta es mi opinión personal, pero también política) a la primera idea. Si escapas, estás fuera de toda protesta política y social. Nosotrxs como revolucionarixs, tenemos que tomar postura activa, no una postura pasiva de simplemente observar o escapar. Tenemos que intervenir en estos eventos. Esto es seguro.

El mayor desafío, y la mayor pregunta, es: ¿de qué forma debemos intervenir? Porque, si como en 2014-15, individualmente vamos y nos unimos a algunas tropas ucranianas para enfrentar la agresión, esto no es una verdadera actividad política. Solo es un acto de autoasimiliación a la política estatista, a la política del Estado-nación.

Afortunadamente, esta opinión no es solo mía. Mucha gente está pensando aquí en crear algún tipo de estructura organizada… que puede estar en alguna colaboración con estructuras estatales de autodefensa, pero aún ser autónoma y bajo nuestra influencia, y estaría compuesta de compañerxs. Así que esta sería participación organizada con nuestra propia agenda y nuestro propio mensaje político, para nuestro propio beneficio organizacional. No solo elegir un bando con algún actor estatal en este conflicto.

Claro, pero alguna gente estará diciendo seguro que “hey, son anarquistas contra el Estado y están protegiendo al Estado”. Estoy bastante seguro de que alguna gente pensará que lxs anarquistas deben estar completamente fuera de estos conflictos. ¿Qué les responderías a ellxs?

Primero que nada, les diría: gracias, esta es una crítica válida. Realmente tenemos que evaluar cómo intervenir de forma que no nos volvamos simplemente una herramienta en manos de algún estado. Pero definitivamente, si aplicamos una política astuta -si empleamos el arte de la política, diría yo- tenemos una chance de lograrlo. Si nos mantenemos lejos de los conflictos del Estado, entonces nos mantenemos lejos de la real política, como dije antes. Este es ahora uno de los conflictos sociales más importantes que está creciendo en nuestra región. Si nos aislamos de él, nos aislamos del verdadero proceso social. Así que tenemos que participar de alguna manera.

Por supuesto, ni se cuestiona que necesitamos enfrentar el imperialismo putinista. Si necesitamos algún tipo de colaboración en este camino, entonces la necesitamos. Por supuesto, tenemos que evaluar muy cuidadosamente, muy cautelosamente, cómo no volvernos dependientes de ciertos poderes reaccionarios y negativos. Esto es en verdad una interrogante y un desafío, pero es el difícil camino que podemos tomar. Correr de estos desafíos solo equivale a rendirse en términos de promover la anarquía y promover la liberación social y la revolución en nuestra región. Y esta no es una posición aceptable ni para mí ni para muchxs otrxs compañerxs.

Creo que para mí también es importante aquí señalar que dentro de todo, Ucrania es algo así como la última barricada entre los antiguos países soviéticos. Actualmente, la expansión del imperio de Putin está tomando medidas más y más agresivas -de nuevo, la historia de Kazajistán, la historia de Bielorrusia, el apoyo pleno del régimen de Lukashenko bajo ciertos términos de reintegración de Bielorrusia a Rusia- todas estas medidas apuntan a reunir a la región entera bajo el autoritarismo de Putin. Para nosotrxs como anarquistas, es extremadamente importante dar una respuesta a eso y no solo sentarnos en nuestros tronos y decir: “ah, genial, somos anarquistas; estamos contra el estado y toda esa política estúpida, simple, del estado, no nos toca”.

Eso es correcto, claro. Pero al mismo tiempo, quiero enfatizar que también deberíamos no ponernos del bando de los círculos nacionalistas locales y los Estados-nación locales. Porque estos no son para nada entidades políticas progresistas o voces políticas progresistas. También producen mucha opresión y explotación, y esto también debe ser enfrentado, tanto vocalmente como por medio de nuestras actividades.

Sistemas de misiles tierra-aire rusos llegando a Bielorrusia.

Exacto. Concuerdo totalmente con eso. Para [lxs lectorxs] que no están en la región, ¿cómo puede la gente apoyarles? ¿O cómo puede la gente realmente conseguir más información sobre la situación?

Bueno, primero que nada, el apoyo puede ser informacional; si estás siguiendo lo que ocurre aquí con atención y difundiendo la información, difundiendo la palabra, esto ya puede ser algo muy grande. También, creo que si tienes la oportunidad de entrar en contacto con compañerxs anarquistas locales, es posible pedir algún tipo de apoyo: tal vez acciones en solidaridad, quizás preparar algunas condiciones para la gente que tiene que huir, por ejemplo, escapar de la región. Además, algo de apoyo financiero puede ser requerido en algún punto. Si vamos a tener alguna presencia organizacional en este conflicto, esto requerirá un montón de cosas materiales y finanzas.

Desafortunadamente, en el momento no puedo recomendar un sitio unificado o canal de Telegram o algo así, que puedan seguir para saber todo. Aún hay una multitud de diferentes proyectos de medios y grupos menores, no algún gran sindicato unificado u organización unificada. Pero definitivamente, si haces algún esfuerzo, fácilmente vas a entrar en contacto con esta o aquella facción del movimiento anarquista local, para que puedas mantener la situación vigilada y estar listx para reaccionar de alguna forma. Esto ya será extremadamente agradecido.

Genial. Muchas gracias por la conversación. Cuídate, y esperemos que la guerra no pase y los rusos se vayan a la mierda, y habrá otras cosas de las que encargarse en la lucha en lugar de organizar la resistencia a la invasión rusa.

Sí, esperemos.


Una mirada desde Kiev

Ucrania ha estado en guerra con Rusia y sus frentes velados ya por ocho años. El número de muertes ya ha excedido las 14.000. Y sin embargo, mientras las tropas rusas se apelotonan en nuestras fronteras norte y este, es la primera vez en la historia de esta guerra -o incluso en toda la historia de Ucrania como la recuerdo- que estoy regularmente recibiendo mensajes de mis amigxs extranjerxs, algunxs de los cuales no había oído en años, todxs ansiosxs de saber si estoy bien y si la amenaza es tan importante como les dijeron que era. Estxs amigxs difieren en sus posturas políticas, edades, ocupaciones, experiencias de vida y contextos. La única cosa que todxs tienen en común es que todxs son de los Estados Unidos.

El resto de mis compañerxs alrededor del mundo parecen tener menos ansiedad al respecto. La semana pasada, alojé a unx amigx de Grecia y a otrx de Alemania, con ambxs pareciendo sorprendidxs al enterarse de que llegaron a un país que supuestamente se convertirá en el epicentro de la Tercera Guerra mundial en cualquier momento (que es probablemente por lo que sus pasajes de avión solo costaron ocho euros). Yo también me habría sorprendido, si no fuera por el hecho de que yo también miro televisión estadounidense. Durante las últimas semanas, noté un aumento en las referencias a la situación de Ucrania en todo tipo de programas que veo en las redes. Casi se siente como que se habla más de Estados Unidos ahora que lo que se habló durante el escándalo de corrupción del hijo de Joe Biden6.

Para unx ucranianx, lo que este aumento en la atención prestada a nuestra eterna lucha contra nuestro abusivo vecino imperialista te hace sentir dependerá de tu postura política. Cuando acordamos entregar nuestro arsenal nuclear en 1994, uniéndonos al memorándum de Budapest (inglés), Rusia y el Reino Unido, y los EE. UU. prometieron respetar y proteger la independencia, soberanía y fronteras existentes de Ucrania, y abstenerse de cualquier amenaza o uso de la fuerza contra la integridad territorial e independencia política de Ucrania. Cuando todas esas promesas demostraron no tener ningún valor tan solo veinte años después, mucha gente aquí no pudo evitar sentirse traicionada. Mucha de esta gente ahora siente que es tiempo de que los EE. UU. estén a la talla de sus promesas. Sin este contexto, sería extremadamente desafiante el entender por qué alguna gente en Ucrania podría aplaudir cuando un imperio offshore que se refiere a Ucrania como “el patio trasero de Rusia”, vuela aviones militares llenos de soldados a este país soberano.

Sin embargo, hay otrxs en Ucrania que, como yo, no limitan su desconfianza al imperio con el que tenemos la mala suerte de compartir fronteras, sino que extienden esta merecida falta de confianza al resto de ellos. Incluso para la gente que realmente cree que el enemigo del enemigo es su amigo, vale la pena preguntarse cuántos amigxs de los que los EE. UU. han hecho alrededor del mundo -vietnamitas, afganxs, kurdxs, y más- no se arrepienten de conseguir semejante aliado.

Este tan bajo estándar de reflexión crítica es desafortunadamente mucho menos común en Ucrania que el patriotismo, el nacionalismo y el militarismo miopes, todos ganando impulso aquí mientras la histeria bélica crece. En Ucrania, no hay mucha discusión sobre por qué estamos siendo reconocidxs por los EE. UU. y el R.U. ahora, luego de ocho dolorosos años de perder vidas y territorios… incluyendo mi Lugansk natal. Y esta ausencia de curiosidad sobre las motivaciones de los imperios funciona en ambas direcciones: igual que a la mayoría de nosotrxs no podría importarle menos lo que la administración Biden tiene para ganar de esta maniobra, nuestra comprensión de por qué Putin trataría de invadirnos más aún ahora mismo está limitada a “Este maniaco sediento de sangre está simplemente loco”. Difícilmente alguien entretenga la posibilidad de que pueda haber algo más ocurriendo (inglés).

Todavía menos cuestionan el supuesto de que Rusia ha efectivamente aumentado su presencia en la frontera ucraniana de forma que haga nuestra situación actual más amenazadora de lo que fue hace un año (inglés).

No estoy diciendo que la amenaza de la invasión de las muy reales tropas rusas acumulándose en nuestras fronteras sea insignificante. Pero sí cuestiono si el involucramiento de los EE. UU. realmente está dirigido a desescalar este conflicto para el beneficio de la gente de Ucrania.

Desgraciadamente, estar aquí en el campo no me da ninguna sapiencia particular en la que apoyarme. A principios de 2014, viendo todo lo que estaba ocurriendo alrededor del país, me rehusé a creer que Ucrania estaba apunto de ir a la guerra hasta el mismo momento en que ocurrió. En retrospectiva, parece que fue inevitable. Ahora, nadie de nosotrxs realmente sabe si la guerra va a ocurrir, y si lo hace, cuando va a escalar.

Alguna gente ya ha huido del país. La mayoría no pueden costearse incluso un breve viaje de corta distancia al extranjero, así que no pueden sino mantener la calma y seguir adelante. Más allá de la corrupción y la guerra, la razón por la que la mayoría de la gente en Ucrania está tan desesperadamente empobrecida puede o no tener que ver con el hecho de que Ucrania ilegalizó el comunismo en 2015 y es actualmente el único país en Europa en el que el parlamenteo consiste enteramente de partidos en diferentes matices de la derecha.

Cuando sucesos como estos se desarrollan a casi 10.000km de ti, es natural para unx antiautoritarix de ultramar querer asegurarse de que no están alentando a la gente mala. No todo el mundo que busca autodeterminarse son zapatistas, kurdxs o catalanxs7. Un amplio espectro de grupos varios alrededor del mundo se hallan resistiendo la agresión imperialista. En este espectro, mucha de la gente que dice defender a Ucrania se acerca mucho más a Hezbolá o Hamás. ¿Son muchos de ellos xenofóbicos, conservadores, machistas, homofóbicos, antisemitas, racistas, procapitalistas e inclusive abiertamente fascistas? Sí. Pero, ¿están llevando una lucha desigual contra un estado vecino extremadamente poderoso y violento, en donde ellos parecen ser la única esperanza para cualquier resistencia de peso? También sí.

Y estas no son las preguntas más difíciles.

SI un imperio autocrático está tratando de destruir otro estado que está siendo defendido, en parte, por fascistas, ¿nos reclinamos y alegramos de que vaya a haber algunos fascistas menos en el mundo? ¿Qué pasa si las muertes también van a incluir miles de personas inocentes que están tratando de defenderse o que simplemente están en el momento y lugar equivocados? ¿Intervenimos, entendiendo que estas divisiones entre la gente solo benefician a aquellos que ya son poderosos, nunca a la gente a la que dividen?

Esto lleva a otra pregunta: ¿qué significa “intervenir”? ¿Hay una forma de “intervenir” aquí que sea a la vez sustancial y no tenga consecuencias negativas? Ninguna de las dos estrategias que los Estados Unidos han empleado hasta ahora han demostrado tener mucho éxito. Antagonizar a Rusia solo empeora las cosas para todxs, mientras que muchxs aquí creen que la alternativa -mostrar “una profunda preocupación” sin pararse en el camino de Putin- es lo que llevó a que la guerra empezara en 2014 en primer lugar. Por esto es que dudo que cualquier solución al problema del apetito imperial que no involucre la abolición simultánea de ambos imperios puede ser más que una bandita para un asunto de este calibre. La verdad es, que Ucrania no es la primera víctima del hambre de poder, ni será la última. Entretanto mantengamos vivos a estos monstruos, no importa si son amigos o enemigos, mansos o rabiosos, encadenados o libres. Siempre estarán hambrientos.

Sí espero, sin embargo, que todavía hay mucho más que la gente en los EE. UU. y el resto del mundo puede hacer. Espero que todxs podamos organizarnos y crear comunidades que trasciendan las divisiones superficiales que nos imponen las nocivas ideologías del capitalismo, el conservadurismo y el individualismo, esforzándonos para recordar que solo cuando estamos separadxs, segregadxs, despreocupadxs por el resto, o siendo activamente hostiles, es cuando estamos verdaderamente débiles y a su merced. Con educación y solidaridad, podemos tratar de crear un mundo en el que un conflicto sin sentido como este tenga aún menos sentido Hasta que hagamos eso, podemos hacer nuestro mejor esfuerzo para dar nuestro apoyo a aquellxs alrededor del mundo que caen víctimas de estas guerras crueles.

¿Qué significa esto, en concreto, ahora mismo, aquí en Ucrania? Y mientras tanto, el hecho de que muchas personas luchando por Ucrania son efectivamente fascistas, ¿significa que toda la gente que se esconde detrás -incluyéndome- también es responsable de su política? Aquí estamos llegando a las preguntas más difíciles.

Pero nadie aquí está respondiéndolas. La gente de Ucrania está muy ocupada tomando clases de primeros auxilios y manejo de armas -o aprendiendo dónde están los refugios municipales- o, simplemente, luchando por su subsistencia. No hay ningún pánico desatado aquí, solo un monótono hastío. La amenaza de la gran guerra continúa siendo muy real; si sucede, es improbable que resulte en nada más que una Ucrania más débil, peor y más pequeña que la que ya tenemos. Y realmente no puedo recomendar la versión actual.

Habiendo dicho todo esto, también vale la pena reconocer que no pondré mi vida en riesgo luchando por este país contra el ejército ruso. Probablemente haré lo mejor que pueda para evacuar si Kiev se vuelve aún más inhabitable de lo que ya es. Reconozco que es la intención de una persona con algunos privilegios. La mayoría de la gente no tiene lugar alguno a donde ir.


  1. Maidan Nezalezhnosti (“Plaza de la Independencia “) es la plaza central de Kiev, la capital de Ucrania. Fue el sitio de protestas masivas en 2004, durante la llamada “Revolución Naranja”, y nuevamente en 2013 y hasta 2014 durante los sucesos que llevaron a la Revolución Ucraniana de 2014 (inglés). 

  2. Recordamos a nuestrxs lectorxs del Sur que el otoño del hemisferio Norte se da entre setiembre y diciembre. 

  3. Aparentemente, tras huir Yanukovich, lxs manifestantes encontraron una representación de una hogaza de pan de 2kg de oro sólido en su residencia, al igual que excusados cubiertos de oro. El capitalista ucraniano Vladimir Lukyanenko habría aparentemente presentado la hogaza al expresidente como regalo de cumpleaños. 

  4. El gobierno ruso ha negado haber enviado tropas a la región ucraniana de Donbas. 

  5. En Rusia, el gobierno trató de emplear una controversial medida que forzaría a la población a mostrar un código QR que confirme que está vacunada o se recuperó de la enfermedad para habitar espacios públicos. 

  6. En 2014, tras el cambio de gobierno en Ucrania, Hunter Biden -hijo del vicepresidente (hoy presidente), figura mediocre que dependió de su familia toda su vida- se unió a la junta de la empresa de gas natural Burisma. Desde allí pretendió intervenir en la política y presionó al estado con despedir al Procurador General (parte de la agenda estadounidense y de la EU), so pena de cortar el crédito occidental. Al ser despedido, el procurador denunció que la razón subyacente fue que investigaba a Burisma; en cualquier caso, las potencias imperialistas consiguieron lo que querían. Fue un escándalo de bajo perfil en los Estados Unidos hasta que Trump lo reflotó en 2019. 

  7. (N. del t.). Lxs lectorxs españolxs (y otrxs) sabrán que en realidad el movimiento catalán tiene tantos matices como cualquiera. Personalmente, me consta que Kurdistán también tiene sus claroscuros. El sentimiento del original, no obstante, queda claro y se mantiene.