En Grecia, mientras este verano se han descontrolado los peores incendios forestales vistos en décadas, los casos de COVID-19 se han disparado, impulsados por una economía que depende del turismo y un movimiento antivacunas similar al de Estados Unidos. Mientras tanto, en su posición como uno de los guardianes de la inmigración en Europa, el gobierno griego continúa buscando una respuesta autoritaria a una crisis humanitaria. Sin embargo, es posible que las catástrofes ecológicas pongan pronto a muchxs griegxs en la misma situación a la que se enfrentan hoy lxs refugiadxs que entran en Grecia.
De diversas maneras, la situación en Grecia nos ofrece una mirada a un futuro distópico en el que gobiernos cada vez más autoritarios aprovechan los desastres para consolidar su poder. Para comprender el futuro al que nos enfrentamos, debemos comparar los sucesos en Grecia con las consecuencias de los incendios forestales y el huracán Ida en Estados Unidos.
Con ese espíritu, ofrecemos este informe de Grecia, el último de una serie de informes sobre el contexto griego.
Cielos Cenizos
Este agosto, después de que una intensa ola de calor en junio y julio secara los bosques, Grecia ha experimentado una ola de incendios sin precedentes. Durante un mes, desde la campiña de Evia hasta el Peloponeso y el centro de Atenas, la gente se despertó con el humo y el hollín en el aire y reportajes televisivos propios de una película apocalíptica. El 19 de agosto, el área quemada ya era un 450% más grande que el área promedio quemada anualmente durante los últimos 12 años.
Al menos dos personas han perdido la vida en los incendios, una de ellas un bombero voluntario, Vasilis Filoras, que fue golpeado por un poste de luz que se cayó. Lxs bomberxs voluntarixs constituyen al menos el 15% de los efectivos de prevención de incendios de Grecia.
El cambio climático, la explotación desenfrenada del agua y el desarrollo insostenible de la tierra han convertido los montes en un polvorín. En 2018, bajo la administración de Syriza, 103 personas murieron como consecuencia de los incendios en la localidad costera de Mati. El estado afirmó que un hombre de 65 años fue el responsable de los incendios que se iniciaron al quemar leña en su tierra. También hay acusaciones sobre líneas eléctricas sin mantenimiento e incendios provocados por constructorxs oportunistas.
No obstante, la desastrosa situación de este año ha representado una victoria política para el partido de derechas Nueva Democracia, ya que este verano ha muerto menos gente que durante el gobierno de Syriza en 2018. De todos modos, algunos de los bosques del país se han quemado por completo, miles de personas han perdido sus hogares, muchxs han resultado heridxs o sufrirán traumas a largo plazo y se enfrentarán a consecuencias financieras, e innumerables animales, tanto salvajes como domésticos, han muerto o sufrido lesiones graves o la pérdida de su hábitat.
Al comparar el número de muertxs, lxs miembrxs de la extrema derecha han tratado de presentarse a sí mismxs como personas preocupadas por la santidad de la vida humana. Sin embargo, como hemos señalado anteriormente, desde que asumió el poder, Nueva Democracia ha canalizado el dinero de los hospitales y el personal médico hacia los presupuestos policiales y militares. Los departamentos de bomberxs y los fondos de conservación de tierras también han sufrido recortes. Esta administración no ha priorizado la salud de aquellxs a lxs que gobierna; ha hecho un uso oportunista de la pandemia para concentrar recursos en la preservación, a toda costa, de su status quo. Su fracaso para contener estos incendios no ha sido una cuestión de priorizar vidas, ni el resultado de la falta de fondos; ha sido una cuestión de voluntad política.
Al principio, algunos medios de comunicación apoyaron firmemente el discurso del estado. Culparon a lxs pirómanxs y avivaron el sentimiento racista y antiinmigrante con un titular sobre el arresto de una mujer afgana en un parque de Atenas conocido como Pedeion tou Areos—parque que no se sitúa en absoluto en ninguna zona cercana a los incendios. Este fue un intento, en colaboración con la policía, de desviar la atención de los oportunistas incendios provocados por razones financieras, el cambio climático y la carencia de mantenimiento de la infraestructura eléctrica, con el fin de convertir en chivo expiatorio a una mujer extranjera con una enfermedad mental que encontraron en un parque portando mecheros.
Lxs fascistas se apuntaron a esta narrativa, señalando conjuntamente a anarquistas y comunistas como las personas que probablemente serían responsables de los incendios, en un feo paralelismo con los rumores de extrema derecha que tuvieron lugar en el noroeste de EE.UU. el otoño de 2020. Mientras los grupos fascistas se organizaban en algunas regiones para “vigilar” a estxs inexistentes anarquistas y extranjerxs pirómanxs, la policía se movilizó para evitar que muchos grupos anarquistas llevaran a cabo campañas de ayuda mutua para combatir los incendios y asistir a lxs afectadxs. Además, los campos de refugiadxs en la Grecia continental sufrieron las consecuencias de un humo denso y de la incertidumbre de no saber si serían trasladadxs si los incendios se acercaban—como un campo que fue completamente evacuado—al mismo tiempo que temían que lxs fascistas pudieran usar los incendios como una oportunidad para realizar ataques incendiarios contra los campos de refugiadxs, como lo han hecho en el pasado .
Finalmente, cuando quedó claro que el gobierno había abandonado a la clase media, los medios de comunicación se vieron obligados a cambiar su enfoque para informar sobre los incendios y sus causas.
El gobierno de Nueva Democracia abordó los incendios con el mismo enfoque autoritario que ha probado en respuesta a la pandemia. En las evacuaciones masivas, la policía movió por la fuerza a las personas que intentaban combatir los incendios. La policía antidisturbios impidió que las personas filmaran bosques en llamas sin bomberxs a la vista y que lxs voluntarixs ayudaran. La policía obligó a las caravanas de suministros médicos donados que llegaban a la zona a darse la vuelta, ya que cualquier iniciativa autónoma tendente a aliviar el sufrimiento se consideraba una provocación. La policía agredió a personas que protestaban por la devastación y el fracaso del gobierno, permitió ataques fascistas a lxs periodistas que informaban sobre este fracaso y ellxs mismxs no hicieron nada para combatir la crisis.
Al responder de esta manera a incendios que se habrían podido contener, Nueva Democracia demostró con su inacción que no le interesa prevenir el daño, solo aprovecharse de él.
Las Verdaderas Causas de los Incendios
Si bien el estado y los medios de comunicación se apresuraron a utilizar a individuxs aisladxs y comunidades marginadas como chivo expiatorio, la verdadera causa de los incendios radica en fuerzas estructurales.
Una de ellas es el desarrollo de la tierra. De manera similar al patrón que vemos en la Amazonía brasileña, lxs terratenientes y constructorxs han sido acusadxs en múltiples ocasiones de quemar vastas extensiones de bosque para minar las leyes de regulación ambiental o forzar proyectos de desarrollo a través del ecocidio. El 10 de agosto, 586 incendios ya estaban en activo en Grecia. Si bien es posible que nunca sepamos cuántos de ellos se iniciaron intencionadamente, algunos de ellos bien pueden haber sido iniciados por el afán de lucro de construir nuevas viviendas, expandir tierras agrícolas o promover nuevos contratos de construcción.
Aunque el primer ministro Kyriakos Mitsotakis reconoció que los incendios fueron el resultado del cambio climático, cuando el 9 de agosto se disculpó por la incapacidad del gobierno para abordar la situación, el historial medioambiental de su gobierno es pésimo. El uso de incendios, para despejar los montes de árboles con el fin de allanar el camino para la construcción de turbinas eólicas u otros proyectos capitalistas verdes, ha sido un problema constante en Grecia, así como en otras partes de la Unión Europea, incluidas Hungría e Italia. Con la caída del turismo debido al COVID-19, muchas áreas verdes, que solían ser económicamente valiosas por su belleza, han perdido valor; para algunas personas, esto podría ser una motivación para quemar y despejar estas áreas con el fin de hacer sitio a empresas más rentables.
La desregulación del sector energético griego, que comenzó en la década de 1980, también puede haber contribuido a provocar los incendios. Al igual que en los casos de California, las empresas eléctricas tienen poca responsabilidad legal por las infraestructuras cuyo estado es peligroso. El estado de la red eléctrica, cuyo mantenimiento ya era deficiente, se vio agravado el invierno pasado por una extraña tormenta de nieve que derribó árboles y dañó las líneas eléctricas, muchas de las cuales apenas se repararon debido a las medidas de reducción de costes de la industria privada; esta red disfuncional supone un tremendo riesgo de incendios para los bosques secos.
El capitalismo industrial es la fuerza impulsora detrás de todos los factores estructurales antes mencionados, ya que incentiva a las personas a obtener la mayor cantidad posible de beneficios a cualquier precio, al tiempo que proporciona cada vez mayores medios técnicos para hacerlo. Incluso cuando el estado griego culpa al cambio climático por los incendios, continúa participando en una carrera armamentista con Turquía para competir por el control de las reservas de gas natural en el mar Mediterráneo. El estado y la industria han demostrado que tanto el bienestar humano como el ecológico ocupan, en el mejor de los casos, un lugar secundario en sus prioridades.
La idea de que los recursos que sustentan a la humanidad son principalmente el resultado de la innovación humana y no el fruto de una biosfera saludable, ha inculcado en la gente la idea de que, hoy en día, cualquier cosa en el mundo puede ser reemplazada. Lxs pocxs que se benefician de la situación actual están dispuestxs a hacer todo lo que esté en su mano para preservar la idea de que su autoridad puede resolver los problemas que ellxs mismxs han generado. El gobierno griego ha anunciado planes para compensar a lxs afectadxs por los incendios y para financiar nuevos proyectos de reforestación y desarrollo “ecológico” en las cenizas.
Los incendios forestales se están extendiendo por todo el mundo. Los incendios en Grecia, aunque menores en comparación con los de California o Siberia, ponen el foco sobre los grandes desafíos a los que nos enfrentamos a nivel mundial. Tanto las causas de los incendios, como las respuestas que hemos visto, muestran las formas en las que los gobiernos probablemente continuarán actuando a medida que empeore la catástrofe climática.
La Crisis Migratoria
Si bien no pudo defender la tierra bajo su control de los incendios forestales, el estado griego respondió a la nueva toma de control de Afganistán por parte de los Talibanes, levantando 40 kilómetros de nuevas vallas e introduciendo, en la frontera turca, una serie de equipos de vigilancia de alta tecnología no especificados. Al mismo tiempo, la Unión Europea ha dado a Turquía siete mil millones de dólares para evitar que lxs refugiadxs huyan a Europa. Lxs políticxs de ambos lados de la frontera están jugando con discursos xenófobos y nacionalistas para apaciguar y distraer a sus frustradas bases.
En la isla de Xios, la policía griega detuvo recientemente a 25 refugiadxs que habían cruzado el mar desde Turquía—muchxs de ellxs afganxs que huían de los talibanes—y lxs multó con 5000 euros a cada unx. Esta es la multa estipulada para lxs turistas que llegan al país sin una prueba PCR adecuada o el certificado de vacunación COVID-19, este es solo un ejemplo del uso de medidas antivirus para perseguir a migrantes, refugiadxs y otrxs “indeseables”. El estado solo retiró las multas después de que los medios corporativos de izquierdas publicaran la historia. Sin la cobertura de la prensa, lxs refugiadxs podrían haber estado atrapadxs en un estado de deuda permanente dentro de un sistema ya notoriamente corrupto y burocrático. Es muy posible que otros sucesos similares hayan pasado desapercibidos.
Una acción artística realizada con un títere de 3,5 metros de altura llamado “Little Amal”, que se asemeja a una joven refugiada siria, ha comenzado una marcha de 8.000 kilómetros desde Turquía hasta el Reino Unido en un intento de concienciar sobre las luchas de lxs refugiadxs. Cuando este grupo llegó a Grecia a principios de agosto, lxs fascistas de la ciudad de Larissa lxs recibieron intimidándolxs y con la amenaza de realizar acciones violentas contra ellxs. Se suponía que la marioneta aparecería en el centro de Atenas a principios de septiembre, pero los grupos fascistas realizaron múltiples amenazas. El títere finalmente hizo acto de presencia desde la seguridad de un tejado, pero lxs participantes cancelaron la marcha y la exhibición debido al riesgo potencial de sufrir la violencia de lxs fascistas.
Este gesto simbólico ofreció un punto de encuentro para la extrema derecha; en respuesta, antifascistas y anarquistas se reunieron con urgencia en el centro de Atenas. La noche del viernes 3 de septiembre, un grupo de hooligans fascistas, con el apoyo de otrxs individuxs de extrema derecha, realizó una manifestación en el barrio de Metaxourgeio, en el centro de Atenas, cerca de donde se había planeado realizar el evento artístico. La comprensiva policía rodeó y defendió a la juventud fascista.
Una manifestación antifascista intentó marchar hacia la concentración fascista, pero la policía antidisturbios inmediatamente les lanzó gases lacrimógenos y lxs atacó—creando una situación en la que antifascistas y anarquistas se dispersaron por toda la zona. Pequeños grupos se reunieron y corearon consignas hasta que lxs antifascistas hicieron otro intento de reunir a la gente para enfrentarse a lxs fascistas. Una vez más, la policía arrojó gases lacrimógenos directamente a la marcha, luego persiguió, golpeó y arrestó a muchas personas al azar. Sin embargo, como resultado, lxs titiriterxs pudieron exponer su punto de vista de una manera alternativa, y la fuerza y el número de antifascistas que se enfrentaron a lxs xenófobxs demostró que, sin la protección de la policía, estxs no habrían podido imponer su agenda.
COVID-19 de Nuevo en Aumento
La pandemia continúa devastando Grecia, apareciendo en todas partes excepto en los titulares. Las estadísticas continúan superando las tasas máximas de infección anteriores. Los hospitales siguen sin contar con fondos suficientes, mientras que la extrema derecha, como en muchos países occidentales, ha adoptado una falsa postura de rebelión contra la industria de la salud y las medidas sanitarias del estado. Las mismas personas que desean ver a fascistas y policías atacar a lxs migrantes tienen la audacia de presentarse como partidarixs de la libertad personal.
Ya sea por una creencia equivocada en la protección divina o por la preocupación por supuestas conspiraciones judías, la extrema derecha en Grecia se ha opuesto a la vacunación. Al igual que en EE.UU., el acceso a las vacunas en el primer mundo no garantiza que Grecia tenga una población ampliamente vacunada.
https://twitter.com/teacherdude/status/1420654343473205251
En julio, en su mayor manifestación, lxs participantes del movimiento anti-vacunas se enfrentaron con la policía mientras buscaban invadir Exarchia en busca de antifascistas y anarquistas. Si bien estas personas no merecen ninguna simpatía, es cierto que el régimen se ha aprovechado de la pandemia de COVID-19 para consolidar su poder mientras la gente es más vulnerable y sufre de más ansiedad. No hay forma de predecir si habrá otro confinamiento o si las tasas de infección serán altas después del verano, pero cuando llegue el invierno, el dinero de lxs turistas no estará aquí para protegernos de los mandatos gubernamentales que existen para servir al poder político.
Gentrificación
A medida que los AirBnB utilizados por titulares de “Visa oro” pierden fuerza debido a la pandemia, lxs lugareñxs se enfrentan una vez más a la deuda y el estrés. El COVID-19 ha ocasionado que muchxs pierdan sus trabajos y los alquileres se están disparando en algunos barrios que solían ser populares entre lxs turistas. El alquiler en Atenas supera con creces el salario medio griego de 600 euros al mes—de aquellxs que tienen un trabajo. Muchxs lugareñxs que no pueden pagar los impuestos a la propiedad o el alquiler esperan ser desalojadxs.
A principios de este verano, lxs residentes de Exarchia expulsaron a lxs topógrafxs que fueron enviadxs para planificar una estación de metro no deseada y destrozaron un AirBnB, lo que ayudó a expresar la oposición local a la gentrificación.
El Patriarcado Vuelve a los Titulares
En nuestro último informe, destacamos las actuales manifestaciones contra el patriarcado. Si bien la violación, el abuso y el feminicidio han sido durante mucho tiempo componentes de la sociedad griega, posiblemente reforzados por la Iglesia Ortodoxa, el COVID-19 ha exacerbado este tipo de violencia y puesto el foco sobre ella.
Dimitris Bougioukos, un policía griego, fue arrestado en julio por traficar con una mujer de 19 años. Bougioukos la secuestró y la obligó a realizar actos sexuales, consumir cocaína y firmar un contrato para actuar para una empresa pornográfica llamada Sirina Entertainment. Varias partes se enfrentan ahora en el enjuiciamiento, incluido el padre de la mujer. Las manifestaciones en respuesta al arresto tuvieron lugar en el sur de Atenas, como parte de un movimiento creciente contra el profundamente arraigado patriarcado griego.
Represión y Solidaridad
Como hemos descrito en informes anteriores, últimamente las operaciones policiales en Grecia están llegando a parecerse a las, ya familiares, técnicas utilizadas en Estados Unidos. Por ejemplo, las autoridades exigieron recientemente que, un estudiante arrestado durante la okupación de una universidad el año pasado, proporcionara una muestra de ADN. Durante el desalojo de la okupación, la policía confiscó botellas y las sometió a pruebas para buscar ADN. Una de las muestras, que afirman haber encontrado en las botellas vacías, era supuestamente similar a la sangre encontrada en 2014 en algunos papeles en la calle de Exarchia, después de que la policía Delta fuera atacada durante la noche con cócteles Molotov. Estas acusaciones parecen basarse en pruebas débiles y circunstanciales. Sin embargo, la voluntad de llevar a cabo investigaciones muchos años después de un suceso, dirigidas tanto a acciones de confrontación como a acciones no violentas, y de utilizar una gran cantidad de recursos, en un país que se enfrenta a graves problemas fiscales, representa un nuevo enfoque de la actuación policial, inspirada en la llamada “calidad de vida”, tan familiar para la policía de la ciudad de Nueva York.
El compañero anarquista Dimitris Chatzivasiliadis, cuya actual persecución detallamos en nuestro último informe, fue arrestado el 9 de agosto tras un intento de expropiación en un banco. Llevaba huido desde 2019, cuando fue sentenciado, in absentia, a 16 años durante el juicio de Vangelis Stathopolous. Desde su arresto, ha sido trasladado en régimen de aislamiento a la famosa prisión de Korydallos en Atenas. Dimitris emitió un comunicado sobre su actual encarcelamiento y las circunstancias de su arresto. En declaraciones anteriores, realizadas mientras era un prófugo, Dimitris habló sobre una redada policial en 2019 y expresó su solidaridad con Michael Reinoehl y la lucha en Estados Unidos.
https://twitter.com/Prosfygika/status/1426240029865693189
Una pancarta colgada en Atenas en solidaridad con Dimitris.
Como se discutió en nuestro informe de febrero, un gran movimiento estalló en respuesta a la huelga de hambre de Dimitris Koufontinas. Como consecuencia, decenas de personas se enfrentan aún a cargos, multas y otras formas actuales de represión. Un grupo solicita apoyo financiero.
Además, Tameio, que ofrece apoyo a lxs presxs de larga duración, solicita fondos continuamente, especialmente después del cierre y el levantamiento de la política de asilo universitario, que han hecho casi imposibles las anteriores formas de recaudación de fondos.
Hacia un Futuro Incierto
Los meses de verano no han aliviado nuestra frustración; solo han cambiado el origen de nuestras preocupaciones de la pandemia al clima. La respuesta al mismo tiempo autoritaria y negligente del estado a los incendios, a la crisis de refugiadxs y a la pandemia muestra un enfoque de gobierno que puede volverse más común en todo el mundo a medida que las condiciones continúan deteriorándose.
Aquí nos quedan por delante varias pruebas difíciles. Si las universidades abren en primavera, lxs estudiantes se enfrentarán a policías armadxs después de décadas en las que los campus fueron legalmente reconocidos como espacios de libertad. Miles de personas serán compensadas por las casas destruidas durante estos incendios—al menos hasta que los titulares cambien la atención a algún otro tema. La pandemia y la crisis económica no muestran signos de amainar.
No obstante, continúan la acción directa, las campañas de ayuda mutua y las iniciativas organizativas, junto con acciones de solidaridad con las luchas en todo el mundo. El futuro es impredecible, pero lo afrontaremos en pie.
Esta actualización es parte de una iniciativa, desarrollada durante largo tiempo, para fomentar la conciencia internacional y la solidaridad con el movimiento anarquista en Grecia. Lxs autorxs han proporcionado aquí actualizaciones constantes durante los últimos años. Sin embargo, este informe ya no está asociado con Bad News Report o Radio Fragmata Grecia. Aun así, ambos proyectos continúan y te recomendamos que los sigas para estar al día de los movimientos en Grecia y en el extranjero. También recomendamos athens.indymedia.org. El twitter @exiledarizona, Abolition Media Worldwide y Enough is Enough 14 también publica constantemente información en inglés sobre sucesos en Grecia.